domingo, 23 de mayo de 2010

LOS MUCHACHOS DE LA CORTADA

Puesteros, en su mayoría carniceros, fundaron Del Plata, club que supo escalar categorías y lograr un brillante subcampeonato en Primera. Pero arribaron los malos tiempos que llevaron al equipo a descender posiciones. Los incidentes terminaron por removerlo del fútbol y junto a la picota fue desapareciendo lentamente. Y aunque una luz se prendió en los años sesenta, se apagó definitivamente al finalizar el siglo veinte.


0            En 1947 comenzó la demolición del Mercado Del Plata. Con los cimientos cayó también el club homónimo que hacía quince años había abandonado de manera forzosa el fútbol. En la década del 60, unos verduleros recuperaron los pocos elementos que quedaban de la vieja institución y la hicieron resurgir. Volvió a funcionar aunque sin actividades deportivas. 

En la época que recorría clubes viejos en busca de datos, visité varias veces a "los muchachos de la cortada" (así apodados en alusión al pasaje Carabelas). Un familiar mio, era amigo del que revivió al club en los sesenta. En cierta ocasión llevé fotos del equipo, y conté la campaña deportiva de los años veinte. Me atendieron cordialmente  cada vez que visité la sede. Tenían un amplio salón en el primer piso de la calle Carabelas 250. Un sábado –y tal vez divisando un final- el presidente, señor Mercurio, descolgó el único banderín que tenían y me lo regaló. Un día me enteré de una triste noticia: el amable dirigente había muerto. Pasé hace pocos años y ya no había nada. Del viejo Del Plata ni cenizas quedaron.

Síntesis histórica:

Al club lo fundaron los puesteros del Mercado Del Plata en 1915. Unos meses más tarde se afilió a la Asociación Argentina de Football, siendo su primera temporada muy discreta. En 1917 llegaron los buenos resultados: terminó segundo en su sección. Al año siguiente ascendió a Intermedia, tras ocupar el primer puesto de la Sección B, zona Oeste, de Segunda división. También se adjudicó la Copa Competencia de su categoría, único lauro del equipo principal. En 1919, y tras ser expulsado Vélez Sarsfield que punteaba la zona Oeste, Del Plata terminó primero y ganó el ascenso a Primera división.

El primer año en la categoría mayor trepó al quinto lugar. La campaña de 1921 fue brillante, pues fue subcampeón de Huracán. Su pequeño estadio de la calle Iriarte, frente a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, era un reducto difícil para los equipos más fuertes. En aquel torneo utilizó por primera vez la camiseta azul y blanca por mitades, colores que lo identificarían para siempre. Alcanzó el cuarto puesto en 1922, y más tarde llegaron las malas campañas que lo introdujeron en un tobogán. Tras la fusión del fútbol en 1927, fue descendido arbitrariamente a Primera B y allí se mantuvo hasta julio de 1932, cuando por un grave incidente contra Sportivo Balcarce, la Asociación Argentina lo expulsó de sus filas.

jueves, 20 de mayo de 2010

PRESENTACIÓN

Un domingo de 1983, una viejecita de la familia  me contó que fue simpatizante de Liberal Argentino…
Al poco tiempo comencé a indagar sobre el pasado de Boca Juniors y observé una veintena de clubes desconocidos. Boca Alumni, Del Plata, Porteño y muchos otros, empezaron a delinear lo que más adelante me gustaría para siempre:  La Era Amateur del Fútbol Argentino.


            En 1985 descubrí el Parque Rivadavia. Allí conocí a unos viejitos que hablaban del “fútbol de antes”. Con mucha inquietud les hice mil preguntas que pacientemente respondieron. De boca de ellos me enteré los colores de Estudiantil Porteño, Alvear, Honor y Patria, y otros clubes. Hasta las direcciones de los estadios me dijeron.

Cada fin de semana retornaba ansioso al Parque para reunirme con ellos hasta que me convertí en un integrante más de ese grupo de nostálgicos. Casi como un examen, me preguntaban sobre fútbol amateur y yo contestaba –orgulloso- lo aprendido. En aquellas charlas, surgieron apellidos de jugadores. Me enteré –por ejemplo- que Carricaberry fue de San Lorenzo, Marmo había atajado en Huracan, o que los Arzeni pasaron por el club Sportsman.

Un día, uno de los señores me trajo un diario viejo. El Mundo de 1930, decía la portada. Algo novedoso por la información que contenía el ejemplar. Poco después, haciendo una tarea escolar en la biblioteca del viejo Museo del Cine, a pocas cuadras de casa, me topé con la revista Imparcial Film. Tomé un volumen casi por curiosidad y quedé impresionado. Contenía reportajes a jugadores de los años 20, comentarios de partidos y otras notas que terminaron por introducirme en el mundo del viejo fútbol.

En esa misma biblioteca, me explicaron que para obtener más información, era necesario ir a una hemeroteca. Luego de averiguar, pude llegar a la Biblioteca Nacional, que estaba en la calle México. Eso fue en 1988. Tres años después, tenía en mi poder muchas carpetas con síntesis –manuscritas- de Boca Juniors desde 1913 hasta 1930. También pasé por la Biblioteca del Congreso, de la cual me hice habitué.

En 1990 conocí a Jorge Iwanczuk, que me enseñó otra hemeroteca, la del Concejo Deliberante. Allí me comentó sobre un diario que no debía que dejar de leer: La Argentina. Gracias a ese dato, en poco tiempo, tuve la campaña boquense desde 1905. Mis conocimientos sobre el tema, me permitieron colaborar con la obra de Jorge: Historia del Fútbol Amateur en la Argentina, publicado en 1992.

             Este blog es, de alguna manera, un homenaje a Alejandra –hincha del verdirojo de la calle Warnes 181-; a los viejitos del parque Rivadavia, en especial a Lafuente que me regaló muchos diarios; a José Paz, que sólo dejó de contarme cosas del amateurismo cuando enfermó y partió a jugar un picado con Cherro, Tarasca y Bidoglio.